Por Sandy Smith
Las operaciones de dragado rutinarias, aunque nunca repetitivas, son un gran reto para los puertos, y los alienta a trabajar, comunicarse, planificar y perseverar juntos.
En el Puerto de Alaska, el dragado es un acontecimiento anual. Bajo un contrato financiado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, más de veintiocho mil metros cúbicos de material son removidos cada año de los atracaderos. Aunque creeríamos que la rutina se torna familiar, está muy lejos de ser así.
Los glaciares en la zona se derriten cada verano, dejando atrás sedimento fino en Upper Cook Inlet. Entonces surge la carrera contra el reloj; todo el material debe ser dragado antes de que inicien las heladas invernales. A eso debemos agregar la marea alta, que puede incluso llegar a 12 metros, y la presencia todo el año de las ballenas beluga, una especie protegida y en peligro de extinción.
Así, cuando el puerto inició su proyecto de modernización, que incluía dragar para alcanzar el calado operacional con miras a la nueva terminal para petróleo y cemento (la PCT), la experiencia adquirida con el proyecto anual rindió frutos – pero no mitigó por completo los retos.
“Por la alineación de la PCT y la exigencia del Cuerpo de que el recorrido de la draga mantuviera cierto ángulo por la eficiencia de las operaciones, tuvimos que acercar la cara de la plataforma más a la costa”, indicó Sharen Walsh, P.E., ex directora portuaria adjunta y actual directora del programa de modernización. “La idea era que los proyectos coincidieran con el nivel de dragado del resto del puerto. Ese material nunca había sido dragado”.
Fue un dragado complicado, con algunas rocas enormes. Los costos fueron asumidos por el puerto. “Fue un verano muy atareado, con dos turnos de 12 horas, pero lo logramos sin mayores incidentes”, dijo Walsh.
La primera de las cinco fases, una terminal de petróleo y cemento, va camino a su ceremonia de corte de cinta a finales de 2021. Conforme continúe la construcción y arranque de nuevo el dragado anual en abril, será necesario un baile delicado y una comunicación constante.
“El problema temporal es el tráfico”, dijo Walsh. “Tenemos esa enorme barcaza colocando pilotes para la plataforma y el caballete. Eso se interpone en la operación de dragado. Con coordinación, podemos sortear la mayoría de esas cuestiones”.
Aunque cada proyecto de dragado conlleva retos únicos, especialmente de logística, quienes se encuentran en medio de proyectos de dragado en curso dicen que existen algunas formas de mitigar los trastornos y completar el proyecto a tiempo – o incluso antes.