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En los últimos 30 años, la política comercial chilena se ha abierto a los mercados internacionales tanto de bienes como de servicios. Evidencia de esto son los más de 30 acuerdos comerciales y tratados de libre comercio que vinculan a Chile con 65 economías de todo el mundo, las cuales representan el 65% de la población y el 88% del PIB global. Entre ellos, destacan acuerdos con los Estados Unidos, la Unión Europea, China, Japón y Corea del Sur. Además, Chile es miembro activo de varios organismos internacionales relacionados con el comercio como, por ejemplo: la Organización Mundial de Comercio (OMC); El Foro de Cooperación económica Asia-Pacifico (APEC); la Alianza del Pacifico (AP), y la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
A su vez, dentro del país, la Macrozona Central, que representa a las regiones de Valparaíso, O’Higgins y Metropolitana de Santiago, concentra cerca del 63% de la población y el 56% del PIB nacional, lo que refleja una intensa actividad en los puertos dentro de este territorio. El Puerto de San Antonio es el principal puerto público de transferencia de carga de la Macrozona Central y del país, llegando a transferir sobre los 22 millones de toneladas los últimos 5 años. De esta forma, el Puerto de San Antonio concentra, por sí solo, el 19% del valor de las exportaciones nacionales y el 48% de las importaciones
La aceleración del comercio exterior en los puertos de la Macrozona Central ha generado un aumento de la demanda, en especial para la carga contenerizada, así como de una serie de proyectos de expansión portuaria en la macrozona, tanto en el Puerto San Antonio como en el Puerto de Valparaíso. Estimaciones oficiales de demanda de transferencia de carga portuaria indican que la capacidad de los puertos públicos existentes en la Macrozona Central, actualmente unos 4,5 millones de TEUs1, será superada en la próxima década, por lo que será necesario desarrollar nueva infraestructura portuaria, consistente en obras de abrigo y terminales capaces de recibir buques de mayor tamaño debido a los cambios que experimenta la industria naviera mundial y la mayor demanda.
Como parte de la política nacional de expansión portuaria, en 2018, el gobierno de la época designó al Puerto San Antonio como encargado del Proyecto Puerto Exterior, consagrándolo como el mayor transferente de contenedores del país y la mayor obra de infraestructura portuaria en Chile. El Proyecto Puerto Exterior considera la construcción de un nuevo puerto especializado en transferencia de contenedores, contiguo y al costado sur del actual puerto de San Antonio. Tendrá capacidad para mover 6 millones de TEU al año en 2 terminales especializados en carga contenerizada de 3 millones de TEU al año cada uno. Puerto Exterior se desarrollará por fases, según evolucione la demanda, y se espera que la primera nave ingrese al Terminal hacia fines de 2035, para luego continuar su desarrollo en unidades discretas de 1,5 millones de TEU cada cuatro a cinco años, culminando la construcción cerca del año 2050.
El rompeolas del Puerto Exterior se convertirá en la obra portuaria más importante del país, tendrá 4.000 metros de largo con una altura variable de 4,4 a 5,5 metros sobre el nivel del mar y un ancho variable, medido desde el pie del rompeolas, de 100 a 200 metros. Su profundidad dependerá del tramo, aunque en promedio será de — 20 metros. Para su desarrollo se consideró un sismo de diseño de magnitud 9,0 en escala de Richter, con epicentro en las cercanías del Puerto. Respecto del oleaje, se consideró una altura de ola de 8,5 metros con un período de retorno de más de 450 años.
El Puerto Exterior contará con un importante salto en tecnología, pues considera terminales semi automatizados, únicos en Chile, permitiendo el atraque simultáneo de hasta cuatro naves portacontenedores por terminal, con capacidad de hasta 15.000 TEU. Además, cada una contará con equipamiento eléctrico y electrónico de tecnología de punta y con un terminal ferroviario de transferencia de carga que, mediante 5 vías, con equipamiento de grúas tipo RMG capaz de transferir hasta el 40% de la carga.
La inversión total en el proyecto asciende a USD$3.800 millones, de los cuales USD$ 1.350 millones serán financiados por el Estado de Chile mediante la Empresa Portuaria San Antonio, a través de una obra pública tradicional, principalmente para las obras de abrigo, dragado y accesos. Los terminales portuarios en sí, una alianza públicoprivada, deberá cumplir con la legislación vigente sobre concesión portuaria. La inversión de ambos terminales en su conjunto representa aproximadamente la suma de USD$2.450 Millones. En coordinación con el Ministerio de Obras Públicas y la Empresa de Ferrocarriles del Estado, se están desarrollando proyectos para conectar el puerto con los principales centros de producción y consumo de la Macrozona Central.
Hoy día, en la tramitación ambiental, se está preparando la segunda adenda del Estudio, considerando las observaciones realizadas por la Autoridad para asegurar cumplimiento con los estándares ambientales del país.
Puerto San Antonio tiene un doble compromiso: primero, desarrollar la infraestructura portuaria necesaria para el crecimiento económico, creación de empleo y desarrollo social local, provincial y nacional; y, segundo, reconocer que la construcción de nueva infraestructura tendrá un importante impacto en el medio ambiente y en la calidad de vida de las personas. Como parte de la obtención de la licencia ambiental y social del proyecto, el Puerto de San Antonio ha comprometido diversas medidas de mitigación, reparación y compensación, de manera que el Puerto Exterior sea ambientalmente sostenible, socialmente responsable y económicamente viable para sentar las bases del crecimiento económico del país por los próximos 70 años. La rentabilidad social de Puerto Exterior se estima en más del 60%, cifra muy difícil de igualar por cualquier proyecto para mejorar la situación económica de los habitantes en el país.
El actual puerto de San Antonio, el más grande de Chile en 2023, con una transferencia de carga más de dos veces mayor que el puerto que le sigue, Valparaíso, y con contratos de concesión que vencerán en los próximos años, tendrá una capacidad cuatro veces mayor que la actual cuando todos los sitios de atraque de Puerto Exterior estén operando.
