Preparándonos Para Un Mundo de Tiempo Extremo

REPORTAJE
Los puertos están moldeando su resiliencia ante el cambio climático con planificación de largo plazo.
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En las próximas décadas, las sofocantes temperaturas diurnas muy probablemente obligarán a los puertos a colocar puestos de refrescamiento para sus trabajadores y a fijar pausas laborales más prolongadas a lo largo del día, restándole velocidad a las operaciones y elevando los costos energéticos. En los días más calientes, algunos puertos podrían no tener más opción que cerrar sus operaciones por la tarde, guardando a su fuerza laboral para las horas más frescas por la mañana y la noche.

Desafortunadamente, esa es tan solo una de las maneras en que el cambio climático afectará las operaciones conforme aumente el nivel del mar, incrementen las temperaturas y se intensifiquen los eventos meteorológicos severos a lo largo del siguiente siglo, según Jasper Verschuur, un investigador postdoctoral en el Instituto de Cambio Medioambiental de la University of Oxford.

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En un trabajo publicado en 2023 en la revista Nature, Verschuur y su equipo de investigación encontraron que el 86 por ciento de los puertos del mundo están expuestos a tres o más peligros climáticos y geofísicos, tales como huracanes, sismos, inundaciones y temperaturas extremas. Estas amenazas ya tienen el potencial de alterar más de $81 mil millones en comercio mundial cada año y, con toda certeza, esa cifra crecerá conforme el cambio climático se asiente, dijo Verschuur.

Los datos dan una señal de alerta, pero algunos puertos aún no cuentan con la “visión de largo plazo” necesaria para adaptarse al cambio climático, añadió.

“En mi opinión, lo primero en la agenda de los puertos es la descarbonización, mientras que el cambio climático aparece más abajo en la lista”, dijo Verschuur.

Los puertos y sus partes interesadas tendrán un alto precio que pagar para fortalecer sus instalaciones contra el aumento en el nivel del mar y los desastres naturales, pero hasta pequeños cambios de diseño pueden tener un gran impacto, y no siempre son tan costosos.

“Para repartir tu inversión a lo largo del tiempo, debes iniciar el proceso ya”, aconsejó Verschuur. “Necesitas un horizonte a bastante largo plazo para la implementación, de manera que realmente se trata de armar un plan, y ya algunos puertos en EE.UU. están comenzando a hacerlo”.

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Un primer paso para los administradores portuarios es realizar una evaluación de riesgo y vulnerabilidad basada en la mejor ciencia disponible, que permita al puerto levantar una lista de prioridades y respuestas de adaptación efectivas, opinó Regina Asariotis de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. Asariotis, quien es jefe de la sección de política y legislación de la División de Tecnología y Logística de la UNCTAD, dijo que el costo de la falta de acción es demasiado alto.

Típicamente, transcurren años antes de que un puerto planifique y complete un proyecto de infraestructura grande y, una vez concluido, se espera que esa infraestructura dure muchas décadas. Por eso es tan importante que los puertos analicen sus vulnerabilidades y comiencen a actuar ya, señaló.

“Se están reconociendo las amenazas, pero la acción está rezagada”, dijo. “Si no conoces los potenciales impactos que enfrentará tu puerto bajo condiciones futuras, realmente no podrás fijar las prioridades para tomar acción. Realmente es asunto de incorporar este concepto sobre el riesgo físico del cambio climático en tu planificación regular de infraestructura portuaria. Debemos acelerar esto para asegurar que la infraestructura crítica de transporte, como los puertos, sea resiliente al clima”.

Además de sus propias instalaciones, los administradores portuarios deben trabajar junto con los funcionarios estatales y federales de transportes y otros interesados para identificar las vulnerabilidades alrededor de sus puertos. Los caminos y las vías férreas que llevan hacia y desde el puerto y los sistemas eléctricos que alimentan las operaciones son de particular interés, dijo Verschuur, investigador de Oxford.

“En muchos casos, tu vulnerabilidad realmente no es tu puerto en sí”, indicó. “De hecho es parte de la infraestructura aledaña de la cual dependes. Allí es donde aparecerá el cuello de botella”.

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Poniendo en acción los planes

Con sólo reconocer los retos por delante, algunos puertos ya están tomando acción. La Autoridad Portuaria de New York y New Jersey, por ejemplo, ha invertido en sistemas de alerta temprana para inundaciones costeras y sistemas avanzados de monitoreo de tráfico para atender eventos que puedan perturbar las conexiones viales o ferroviarias, según dijo el vocero Steve Burns.

Otros proyectos incluyen colocar barreras desplegables contra inundaciones en la estación de bombeo número del Edificio 111 de Port Newark y elevar el generador eléctrico de respaldo en el edificio administrativo de la Autoridad Portuaria, dijo Burns. Las cabañas de señalización ferroviaria han sido elevadas, se han colocado cercas a prueba de inundaciones alrededor de los controles de iluminación y se ha mejorado el sistema de drenaje de aguas pluviales.

La super tormenta Sandy “reforzó cuán crítico es el suministro y distribución de electricidad para las operaciones portuarias, que adquieren mayor importancia conforme más sistemas son automatizados y electrificados” dijo Burns. “Estamos trabajando junto con las compañías de servicios públicos para incrementar la capacidad y a la vez proteger el equipo de distribución eléctrica, añadiendo energía de respaldo para emergencias e invirtiendo en energía renovable en el sitio“.

En febrero de 2023, Port Everglades anunció haber recibido una subvención de $32 millones del Departamento de Protección Ambiental de Florida para mitigar las amenazas ambientales causadas por inundaciones y el aumento en el nivel del mar. El puerto planea reemplazar los envejecidos mamparos en la sección norte de sus instalaciones. Los nuevos serán diseñados proyectando un incremento de 4,36 pies (1,33 mts) en el nivel del mar para 2095, estimación brindada por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, indicó el puerto.

Erica Harris, especialista en adaptación climática en la empresa consultora en infraestructura AECOM, dijo que los puertos se están preparando para el cambio climático de diversas formas. Recientemente un puerto comenzó a construir un segundo nivel en el edificio que alberga los servidores de cómputo críticos y, una vez concluido, el equipo será trasladado ahí para protegerlo contra las inundaciones, señaló.

AECOM recientemente trabajó con otro puerto en el sureste elaborando planes para reemplazar varios atracaderos utilizados por las líneas de crucero, tomando en cuenta las proyecciones sobre el aumento en el nivel del mar. El Servicio Oceánico Nacional, parte de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, estima que los niveles del mar a lo largo de la costa estadounidense se elevarán, en promedio, entre 10 y 12 pulgadas (de 0,25 a 0,30 mts) para el año 2050.

A menos que se reduzcan de manera dramática los gases de efecto invernadero, los niveles del mar se podrían elevar de 3,5 a 7 pies (1,06 a 2,13 mts) para finales del siglo, según el más reciente Informe Técnico sobre el Aumento en el Nivel del Mar (Sea Level Rise Technical Report) de la agencia. Incluso, para 2050, se espera que las inundaciones en la línea costera nacional ocurran 10 veces más a menudo que hoy, y quizás sean más severas, indica el informe.

A la luz de estas proyecciones, ese puerto en el sudeste ha diseñado sus atracaderos para que puedan ser “recubiertos” regularmente según los niveles del mar, dijo Harris. Al añadir otra capa de materiales de construcción, el puerto podrá gradualmente elevar sus plataformas un poquito en vez de construirlas según las proyecciones del nivel del mar en 2100, que podría llevar a que los buques y los atracaderos no estén alineados, indicó.

“El cimiento en ese diseño está construido para soportar más presión, así que puedes seguir añadiendo capas para que se eleve junto con el nivel del mar a lo largo del tiempo”, dijo. “Esto conlleva flexibilidad. Si las proyecciones son demasiado agresivas y los niveles del mar realmente no suben tan rápido en las próximas décadas, entonces no necesitan elevarlo tanto. No necesariamente necesitas elevarlo hasta tu objetivo final desde el inicio”.

La elevación de las aguas subterráneas, que ocurre por el aumento en el nivel del mar, es otra preocupación para los puertos, dijo Harris. Cuando incrementa el nivel de las aguas subterráneas, la tierra es menos capaz de absorber la lluvia durante grandes tormentas y prolongadas épocas lluviosas, las cuales probablemente se intensifiquen a causa del cambio climático. Buena parte de la infraestructura de la cual dependen los puertos está bajo tierra, entonces un incremento en los niveles del agua subterránea podría ocasionar circuitos eléctricos, la corrosión de componentes y mayores costos para reemplazar los equipos.

“Mucha de esa infraestructura no se ha endurecido y realmente no fue diseñada considerando inundaciones a largo plazo por aguas subterráneas”, dijo Harris. “Eso es algo que muchos puertos en la Costa Oeste y en el Sudeste están estudiando”.

Aportar recursos a los puertos

Nicole R. LeBoeuf, administradora asistente del Servicio Nacional de Océanos, dijo que su agencia reconoce el papel tan vital que juegan los puertos en la economía estadounidense, generando $1,5 billones en actividad económica cada año y apoyando 13 millones de empleos en todo el país. Por eso, ella participó en la Cumbre AAPA POWERS en Tampa, Fla., en enero, para participar en un panel sobre el aumento en el nivel del mar.

Durante su presentación, LeBoeuf se refirió a la investigación de Verschuur, indicado que un estimado de $122 mil millones en actividad económica está en riesgo hoy debido a impactos relacionados con el cambio climático. El estudio encontró que puertos grandes en países de altos ingresos enfrentan potencialmente las mayores pérdidas financieras, incluyendo al Puerto de Houston, que podría enfrentar pérdidas hasta por $169 millones por amenazas naturales cada año, la suma total más alta del mundo.

“La mayoría de los estadounidenses no puede pasar ni un solo día sin comer, usar o vestir algo que haya pasado por alguno de los puertos del país, lo cual significa que los puertos son demasiado grandes como para fracasar”, dijo. “Quisiera ayudar a los puertos a transformar el cambio climático y el cambio costero en algo lo más predecible posible”. LeBoeuf dijo que quiere que los administradores portuarios sepan sobre recursos federales dirigidos a fortalecer la resiliencia de los puertos estadounidenses. La Ley de Inversión en Infraestructura y Empleos designó más de $6.500 millones exclusivamente para puertos, y otros $27 mil millones que están elegibles para ser solicitados por los puertos. Además, el Programa de Puertos Limpios crea incentivos financieros para que los puertos elaboren planes de infraestructura resiliente por medio de la Ley de Reducción de la Inflación.

También hay conocimiento a disposición de los administradores portuarios en línea. El año anterior, la Agencia de Infraestructura y Ciberseguridad y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE.UU. publicaron la Guía de Evaluación de Resiliencia del Sistema de Transporte Marino y el Marco de Planificación de Resiliencia de la Infraestructura. NOAA y la Alianza del Golfo de México también elaboraron un Índice de Resiliencia de Puertos, un documento de autoevaluación de manejo portuario, dijo.

NOAA es la fuente autorizada de información oceanográfica y meteorológica costera precisa, incluyendo mareas, niveles de agua y corrientes, dijo LeBoeuf. Esa información ayuda a los puertos en sus operaciones diarias, semanales y mensuales, pero la agencia está usando cada vez más esos datos para basar sus predicciones “a escalas temporales climáticas” en un esfuerzo por ayudar en la planificación de largo plazo de los puertos, dijo.

LeBoeuf indicó que la agencia busca la retroalimentación de administradores portuarios acerca de si los recursos provistos por la agencia son útiles para que los puertos puedan abordar el cambio climático y cómo mejorar esos recursos. También espera ayudar a compartir las mejores prácticas entre puertos para minimizar los efectos costosos y molestos del cambio climático.

“Por primera vez en la historia humana, tenemos a mano información que nos obliga a planificar nuestra infraestructura para condiciones que aún no hemos experimentado”, dijo LeBoeuf. “Los puertos más grandes están comenzando esta labor y queremos asegurar que estén utilizando datos fidedignos de NOAA, pero muchos puertos más pequeños potencialmente tendrán más dificultad para determinar cómo planificar para su futuro.

“Quiero ayudar a identificar a esos puertos y sus limitaciones, y ver si podemoslograr que los puertos compartan información con otros puertos. Necesitamos ayudar a esos puertos más pequeños a elevar su nivel de juego porque son realmente importantes para nuestra cadena de suministro y para nuestro país también”.